Por: Mario Herrera
Hay cosas que se las traen. No sé, se me
ocurre pensar en eso que tanto hacemos los cubanos que es irnos por el camino más
difícil. Vale que el facilismo sea una vía horrible pero no hay que exagerar.
No digo que nos rindamos ante las dificultades
pero, señores, no es lo mismo crear para facilitar lo bueno que “crear” para
dificultar lo básico. Supongamos que usted puede diseñar una señal que indique
el sentido de una calle. ¿Qué se le ocurre? Como es lógico, un rectangulito
azul con una flecha blanca que cumpla la función de indicar a dónde va la calle. Pero no, a nosotros eso nos es muy
poco desafiante y preferimos por “falta de recursos” garabatear un cartón con
un letrero que dice algo más o menos así: “Estimado
conductor (educado y todo), esta es
una calle que lo llevará al sur de la ciudad. Siga las manecillas del reloj cada
dos esquinas para orientarse del tráfico que cruzará en cada intersección”.